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Las discos en las que murieron 13 en España tenían orden de cierre desde hacía 20 meses

Luto en la comunidad latinoamericana de Murcia, de donde son la mayoría delas víctimas: “Mi hijo vino desde Colombia a ayudarme; ahora está muerto”

Las discotecas siniestradas este domingo en una conocida zona de ocio de la ciudad española de Murcia, en un incendio en el que murieron trece personas, no tenían licencia municipal y sobre ellas pesaba una orden de cierre desde enero de 2022 que nunca se cumplió.

Un día después de la tragedia, los bomberos consiguieron acceder en su totalidad a los restos de los inmuebles afectados, ubicados en Las Atalayas, un complejo de discotecas, restaurantes y locales de ocio nocturno muy frecuentado por la comunidad latinoamericana, y la policía forense trabaja en la identificación de los cuerpos.

También se conocen ya algunos datos sobre la situación legal de los locales incendiados, en concreto la de las discotecas Teatre y Fonda Milagros, donde se inició el fuego y se encontraron la mayor parte de los cadáveres, que no tenían permisos para abrir al público desde hace 20 meses.

En una rueda de prensa, los responsables de urbanismo indicaron este lunes que, a pesar de tener nombres diferentes, administrativamente ambas discotecas eran un único local, Teatro S.L., y que cuando se quisieron dividir en dos el consistorio les exigió a los empresarios una nueva licencia distinta a la que habían presentado en 2008.

Pese a ello, y aunque el ayuntamiento ordenó el cierre en enero de 2022 y envió meses después una inspección, según informaron sus representantes, la Fonda Milagros continuaba abierta al público un año después y anunciaba su actividad en redes sociales.

Mientras se depuran responsabilidades, la policía científica, en colaboración con expertos forenses que se desplazaron desde Madrid, trabaja en la identificación de las víctimas mortales con el objetivo de poder entregar sus cuerpos a los familiares cuanto antes.

Se trata de una tarea complicada por el estado de los cadáveres, que resultaron calcinados, según indicó el delegado del Gobierno en Murcia, Francisco Jiménez, que pidió «paciencia».

El dolor de las familias

Las familias suman al dolor de no saber nada de sus seres queridos el tener que aportar sus objetos personales a la policía para una posible extracción de los restos de ADN que confirmen o no el fatal desenlace.

Ninguno de ellos ha recibido confirmación oficial del nombre de los cuerpos hallados, aunque hay cinco identificados a través de las huellas dactilares.

Con el paso de las horas, se van conociendo también los nombres y las historias de familiares y posibles víctimas, como la que relata la nicaragüense Miriam Montealegre, tía de Eric Torres, que celebraba su fiesta de 30 cumpleaños en La Fonda Milagros y que está desaparecido. Tampoco sabe nada de su otro sobrino, Sergio Silva (hermano de Eric), con el que compartía departamento, ni de la madre de ambos Marta Hernández.

Calmada dentro de la difícil situación que está viviendo, Montealegre explicó a los periodistas que no han recibido confirmación oficial de una muerte que ya da por segura cuando habla en pasado de sus tres familiares.

“Me dejó y decidió regresarse a la fiesta”

Dubis Reyes no se separa del celular en angustiosa espera de que la informen si su hijo desaparecido, Yosi Esteban, un joven de 34 años natural de Colombia, es uno de los fallecidos.

Los expertos han anunciado que igual se prolonga durante días la identificación de unos cadáveres que, en su mayoría, están calcinados. Habrá que esperar para ver si el ADN de la madre concuerda con la del joven. El Ministerio del Interior ha enviado a Murcia agentes de la Policía Científica para ayudar en la identificación de los cadáveres.

Dubis cuenta, en un desgarrador testimonio, cómo su hijo llegó a España hace un año, para que ella no estuviera sola. “Vino para acompañarme y ahora pienso que esto no hubiera ocurrido si se hubiera quedado en mi país”. Describe a su hijo como “un ser muy sociable que se adaptó muy bien a este lugar, donde tenía muchos amigos”.

El día de la tragedia, Yosi llevó a su casa a su primo Osneider, quien explicó que “después de dejarme él decidió volver a seguir la fiesta y ya no lo hemos vuelto a ver”.

Este incendio es el más mortífero registrado en España en un local de ocio desde la tragedia vivida en 1990 en la discoteca «Flying» de Zaragoza, donde murieron 43 personas.

La mayor tragedia en una discoteca tuvo lugar en Madrid el 17 de diciembre de 1983, cuando un incendio originado tras las cortinas del escenario de la discoteca Alcalá 20 acabó con la vida de 81 personas, la mayoría jóvenes.

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