Reforma electoral, retroceso democrático de más de 30 años, estima consejero del INE
Durante una visita de trabajo a Mérida, Yucatán, en la que acompañó al consejero presidente, Uuc-kib Espadas estimó que el país cuenta con un servicio electoral de primer mundo que nada tiene que pedir, pero sí mucho que enseñar a otros países
Uuc-kib Espadas Ancona, consejero del Instituto Nacional Electoral, expresó que el sistema electoral mexicano no necesita de una reforma electoral que podría convertirse en un retroceso democrático de más de 30 años, a pesar de que existen algunas reformas legislativas que sí hicieron falta en el pasado proceso electoral
“Tenemos lo que peleamos sobre décadas, que son autoridades electorales autónomas y una fortaleza institucional que es lo que hoy nos permite garantizar a los ciudadanos que los votos se cuentan y cuentan”, abundó.
En conferencia de prensa desde la nueva sede de la Junta Local del INE en Mérida, Yucatán, a la que acompañó al consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, donde estuvieron también presentes el secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo, y el vocal ejecutivo de la entidad, Fernando Balmes, Espadas Ancona estimó que el país cuenta con un servicio electoral de primer mundo que nada tiene que pedir, pero sí mucho que enseñar a otros países y eso es producto en gran parte de la autonomía que ha costado literalmente sangre, sudor y lágrimas.
Señaló además que el Instituto no sólo ha demostrado su capacidad para organizar elecciones con profesionalismo, sino que hoy cuenta con el respaldo de la ciudadanía.
“Mi visión de una reforma sería reformista, no revolucionaria, es decir, hay cosas que cambiar, pero la continuidad de los órganos autónomos es fundamental. Ninguna reforma que implique la destrucción de la experiencia acumulada, un retroceso en los avances democráticos que se han cristalizado en el INE sería una reforma pertinente”, puntualizó.
Finalmente, a pregunta expresa sobre una reforma que proponga la desaparición de los legisladores plurinominales, estimó que esto implicaría un retroceso democrático de 104 años que nos colocaría en la posibilidad de que un tercio de la población pueda definir el total de la representación nacional, por lo que consideró que podría ser incluso peor que acabar con la autonomía electoral.
Por su parte, Córdova Vianello refirió que la autoridad electoral ha dispuesto todas las medidas para garantizar que 93.5 millones de ciudadanas y ciudadanos tengan a su disposición una papeleta en los 57 mil puntos dispuestos para recibir su opinión y aseguró que la Consulta Popular del 1° de agosto será el primer ejercicio de participación ciudadana más grande y técnicamente mejor organizado de la historia democrática de México.