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Madres buscadoras no celebran, luchan

Ninguna otra celebración es tan dolorosa para las madres buscadoras como el Día de las Madres, ni siquiera la Navidad o los cumpleaños de las hijas o hijos desaparecidos y por quienes siguen luchando.

La ausencia cala profundamente en las madres cada 10 de mayo, que ya no festejan, marchan para recordar y no olvidar, con la esperanza de ser escuchadas por las autoridades y por una sociedad muchas veces indolente.

Para Edith Pérez Rodríguez, presidenta de la asociación civil Voz y Dignidad por los Nuestros, esta fecha en la cual se celebra la maternidad en México y otros países, la hace cuestionarse justamente sobre su decisión de ser madre, que ahora ya no puede serlo, no de la forma que le gustaría, con sus hijos presentes.

El 14 de agosto de 2012, sus hijos José Arturo Domínguez Pérez y Alexis Domínguez Pérez, desaparecieron en Ciudad Mante, Tamaulipas, luego de un viaje a Houston, Texas, desde entonces no ha parado de buscarlos, y días como hoy, la ausencia e incertidumbre es profunda y dolorosa.

“El 10 de mayo es el día más terrible de nuestras vidas, porque también agradeces a Dios el que te hayan permitido esa dicha egoísta de ser madre”, dice Edith, porque además de los cuestionamientos y culpas, también existe agradecimiento por la felicidad que le brindó haber elegido ser madre, aunque ahora, ante la ausencia, se sienta como en pausa.

Pero el dolor, la angustia y la tristeza no paraliza a estas madres buscadoras, las hace salir a la calle para gritar sus nombres, también para sentir el abrazo de otras mujeres que atraviesan el mismo dolor.

Es un día para tomar fuerza y retomar la lucha y búsqueda de las y los suyos.

Hace 10 años, el 14 de junio de 2013, Perla Guadalupe Padrón Castillo desapareció en el municipio de Rioverde, dejó una pequeña de cinco meses, que ahora cursa el cuarto año de primaria, pero un poco triste, porque su abuela Teresa Medina, viajará a la capital potosina para participar en la marcha y ella quisiera que la acompañara en su festival por el Día de las Madres.

Para Teresa, esta situación le produce dolor, porque entiende a la pequeña que ha cuidado durante 10 años como su madre, poco a poco le han explicado lo que ocurrió con su mamá Perla, “sabe que no me puedo partir en dos. Me abraza y me da besos y me dice: ‘no te preocupes Mami’, así es que me presento a marchar y llegando pasaré con ella mi tarde”.

Teresa expresa que para ella es muy importante asistir a la marcha que se llevará a cabo este miércoles, la cual partirá de la Caja del Agua, visitará la Fiscalía General del Estado, el Congreso del Estado y el Palacio de Gobierno, porque las desapariciones se encuentran en aumento, al menos en la Zona Media, donde ella radica.

“Las desapariciones siguen creciendo, la cifra se está elevando considerablemente”, enfatizó.

“Aunque nos queramos quedar muertas en vida en casa”, expresa Edith, quien advierte que ella quisiera quedarse cada 10 de mayo, acostada, sin hacer nada, llorando por tanta tristeza.

“Pero yo lo hago por ellos, porque yo los traje al mundo, voy a agarrar fuerza de donde sea y saldré a la calle, porque a nadie más le debe de pasar, a ninguna madre le debe de pasar”, dijo.

Algo similar vive Teresa: “Es algo que permanece, que estás viviéndolo constantemente día con día y más con una gran incertidumbre, porque no sabes dónde está, si esta vida o si está muerta, es algo que no se sabe con certeza, ¿Por qué? Porque las autoridades no te han dado una respuesta”, dice.

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